Originally posted on December 12, 2019

Facebook me recuerda este evento y aquí les va la historia (si no la sabían)
¿Cómo llegué aqui?
La verdad no sabía sobre este concurso o de concursos similares (tampoco lo había buscado o conocía gente que estaba involucrada en esto)

Un día, una amable señora llegó a la empresa donde trabaja en aquel entonces y donde yo era la recepcionista. La señora, una de las organizadoras del evento, buscaba hablar con mi jefe sobre patrocinio y esas cosas. Esa misma dama, antes de irse, me preguntó si era Ecuatoriana y recomendó que debería participar en el certamen que su organización estaba realizando.

Y yo, en mi cabeza: ¿Mmm… un certamen de belleza? Ay, no, como que no cuadro!

Le comenté de esto a varias personas cercanas y estas personas insistieron en que lo haga (incluso alguien que era parte del evento).

Bueno, en realidad algo en mi decía que lo haga– además era algo que me iba a sacar un poco de la monotonía de mi vida.

LO ACEPTÉ.

Después de ensayos y demás, las chicas y yo estabamos listas para ese día. Vi mucho potencial en las chicas y sobre todo ganas de sobresalir en éste certamen.

AQUI VIENE LO BUENO (MI LECCIÓN)

Llegó el día del certamen. Todas estaban super nerviosas pero sorprendentemente yo no lo estaba. Recuerdo tanto haber estado triste porque veía que todas las chicas tenían a sus mamás ayudándoles a prepararse backstage; pero a la vez agradecida porque tenía a mi abue, mis amigos y sus padres (en otros eventos) apoyándome.

Regresando al tema del nerviosismo (y dejando mi rabia a un lado porque se me había perdido mi cel en ese ratito), les decía a las chicas que no debíamos dejarnos ganar por los nervios porque nos habíamos preparado tanto para ese día. Les decía que simplemente dejemos que todo fluya, que nuestra verdadera persona se vea reflejada en como caminamos, como hablamos, y que eso nos alejaría de los nervios. Y lo que siempre digo: “para que los nervios se nos vayan, pensemos que aquella persona que nos ve o nos escucha, es exactamente igual a nosotros– llenos de errores y tal cual.”

Cuando llamaron mi nombre, yo salí como que si nada– simplemente era yo. En mi cabeza no tenía como meta ganar (ya que había ganado mucho durante el proceso de preparación).

Y así disfruté todo el certamen.

Cuando empezaron a premiarnos, sinceramente no me daba cuenta como iban quedando menos y menos– y entre esas estaba yo (mientras lo escribo me estoy riendo porque recuerdo exactamente como me sentía como si fue ayer jejeje)

De repente, solo quedamos dos chicas. Y al final, me nombraron como reina pero no reaccioné porque escuché mi nombre pero por la cara de felicidad y gritos de las personas que me apoyaban. Y luego reaccioné a mi nombre viniendo de la voz del host– como que resonó en mi cabeza. JAJAJA fue un momento único, la verdad. Fue algo que no esperaba para nada.

Toda esta historia ¿para qué?
Pues bueno, además de que me parece muy gracioso como pasó esto, también me parece muy gracioso como pasan las cosas en la vida cuando menos lo esperas, cuando no lo buscas.
Si estas pasando por algo que te provoca ansia, nervios, angustia o cosas feitas como esas, respira hondo y nunca pierdas tu escencia.
Nosotros no podemos controlar los eventos en nuestras vidas pero si podemos controlar nuestra actitud ante ellas. Aunque no lo crean, la actitud ayuda mucho en estos momentos de nervios o angustia. Nos hace sentir más aliviados– un peso menos de encima. A la misma vez, este sentimiento crea energías positivas que por ende, trae cosas positivas a tu vida.

No dejes que situaciones o personas cambien tu esencia JAMÁS.